ELOGE DU COSMOPOLITISME

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ELOGE DU COSMOPOLITISME

Messagepar SOLIDARITE » Samedi 10 Mar 2012 3:27

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Elogio del cosmopolitismo
No existen “los pueblos” sino “el pueblo”, en singular. Las culturas humanas como compartimentos estancos son algo que el devenir histórico se ha encargado –o se está encargando- de hacer desaparecer. Ya en la antigüedad la expansión de unos “pueblos” sobre otros, junto al innegable sufrimiento que implicaba toda conquista, también producía un efecto beneficioso para la humanidad: el mestizaje. Y decimos, beneficioso porque la mezcla de culturas tiene un efecto como de “proceso de decantación” por el que los usos y costumbres más retrógrados se “depuran” y se adoptan otros más avanzados que se toman prestado de la “otra cultura”. Por otra parte, la mezcolanza cultural a pesar de ser una consecuencia del imperialismo, paradójicamente, también actúa de vacuna contra éste. De hecho, no es casualidad que fueran Portugal y España los primeros estados en liderar los “descubrimientos” que inauguraron la gran expansión de la cultura europea por el globo; no es casualidad porque la herencia de la sociedad cosmopolita y urbana y técnicamente avanzada que había sido Al-Ándalus estaba aún muy viva en el seno de ambos naciones. Y tampoco es casualidad que fuera igualmente en Europa, “cosmopolitizada” por la expansión de sus distintos imperios, donde apareciera el movimiento de la Ilustración, que sirvió de base a tendencias políticas que lucharían contra la esclavitud, el racismo, las desigualdades sociales, y en último término, contra el imperialismo -porque, he aquí otra paradoja, los movimientos de liberación del Tercer Mundo se valieron de ideas revolucionarias que procedían de las metrópolis para independizarse de éstas-.

Actualmente, la revolución de las telecomunicaciones, sobre todo, con la expansión de Internet, está acelerando ese proceso de “cosmopolitización”. En efecto, las nuevas tecnologías que nos permiten la rápida y fluida comunicación con cualquier punto del globo están contribuyendo a demoler las “barreras culturales” entre los individuos, barreras que no fue el pueblo llano quien las levantó sino sus líderes nacionales y religiosos, que son los que tradicionalmente se han arrogado el poder de decidir dónde acaba “una cultura” o “un pueblo” y dónde empieza otro. No es extraño pues que sean estos jefecillos quienes más levanten la voz contra la “uniformización” que supone la globalización cuando son ellos, en sus feudos, los que imponen a sangre y fuego el sacrosanto decálogo que debe regular el comportamiento de un miembro respetable de la “cultura” X. La diversidad está más bien en el otro polo, en el globalizador, por ejemplo, en una herramienta como Internet, democrática, participativa y antijerárquica, en la que cada uno puede consumir o producir los contenidos que más le convengan. Sucede que algunos confunden uniformización con universalización, concepto este que no implica la negación de las particularidades de los individuos sino que más bien es la preferencia por centrarse en lo que éstos tienen en común. Lo que sí es censurable es que de la globalización mayormente saque provecho una élite, como de hecho está ocurriendo con la élite plutocrática mundial.

Ni fronteras ni banderas

Refractarios al imparable proceso de mestizaje cultural, algunos desde una postura pretendidamente de “izquierdas” postulan el regreso a las antiguas fronteras de medioevo, a los particularismos feudales, a las lenguas en vías de extinción. Nos referimos a los llamados “nacionalistas de izquierdas”, especie harto abundante en la fauna política hispana de un tiempo a esta parte. Sin detenernos en la flagrante incompatibilidad entre el término “nacionalismo” y el término “izquierda”, cuando éste significa socialismo, por naturaleza internacionalista y apátrida, habría que recordar a quienes sostienen semejante contradicción que el sentimiento identitario y patriótico ha sido siempre patrimonio de la derecha más rancia. Precisamente, durante la Revolución Francesa, que es donde nace la división política entre las izquierdas y las derechas, las facciones de la burguesía más conservadoras -y por descontado la nobleza y el clero- querían la vuelta a las antiguas fronteras feudales -lo mismo que nuestros nacionalistas “de izquierdas” que a veces intentan equiparar de la manera más embustera su provincianismo cretino con el federalismo ácrata- mientras que las facciones más netamente revolucionarias querían pulverizar los privilegios que encubrían estos particularismos medievales y apostar por lo universal, o lo que es lo mismo por lo igualitario. Alguna de esas lumbreras del nacionalismo “de izquierdas” debería explicarnos por qué lo que en Francia es revolucionario en España es reaccionario.

En conclusión, la globalización que trae consigo la mezcolanza cultural y la desaparición de “los pueblos” en favor de “el pueblo” es un proceso histórico irreversible pero que no tiene por qué repercutir en provecho sólo de la burguesía, igual que la industrialización no tiene por qué producir únicamente contaminación y miseria –también ha producido, por ejemplo, un aumento de la esperanza de vida en occidente del doble comparado con la Edad Media-. El cuestionamiento de las jerarquías y la extensión de las ideas igualitarias es algo también irreversible en las sociedades modernas. En las manos de los verdaderos revolucionarios está que esto siga siendo así.

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Re: ELOGE DU COSMOPOLITISME

Messagepar Lambros » Dimanche 11 Mar 2012 21:46

Une traduction ? :wink:
L'émancipation des chrétien-ne-s sera l'œuvre de Dieu lui même.
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